Terapias
Terapia Antiestrés
La terapia antistress ofrece un tratamiento personalizado para reconectar con nuestro cuerpo, emociones e intuición, favoreciendo una mejora integral tanto física como emocional.
Cuando el equilibrio natural entre las dos ramas del sistema nervioso autónomo —simpático (acción) y parasimpático (descanso)— se ve alterado, pueden aparecer síntomas de ansiedad, tensión y malestar. La terapia antistress ayuda a restaurar ese equilibrio, especialmente en contextos de alta presión como el estrés laboral o situaciones de crisis, como la vivida durante la pandemia del coronavirus.
Los retos y exigencias del mundo actual son inmensos y muy distintos a los de hace solo unos años. Este cambio ha roto el equilibrio natural en nuestras vidas: nos hemos vuelto más mentales y menos físicos, lo que afecta directamente a nuestro sistema nervioso. Cuando se pierde la armonía entre las dos ramas del sistema nervioso autónomo —simpático (acción) y parasimpático (descanso)—, aparecen desequilibrios que pueden manifestarse a nivel físico y emocional.
Hoy en día, diversos estudios confirman que el estrés puede ser un detonante o agravante de múltiples patologías. Por eso, la terapia antistress se posiciona como una herramienta esencial para prevenir y reducir los efectos negativos del estrés crónico, considerado ya por muchos expertos como una auténtica plaga de nuestro tiempo.
La terapia antiestrés ofrece un tratamiento específico para conectarnos con nosotros mismos
«El patógeno más mortífero que ha existido sobre la Tierra, en todas las épocas, es la estupidez humana. Según la psicología budista, esta nace de los tres venenos que envenenan nuestra mente y nuestra vida: la ignorancia, la codicia y la malicia».
Ante el colapso de muchas expectativas externas, la terapia antistress nos invita a mirar hacia dentro. Nuestro mundo interior está inevitablemente influenciado por lo que ocurre fuera. Pero también es cierto que nuestro mundo exterior refleja nuestro estado interior: nuestras actitudes e intenciones condicionan lo que vivimos.
Vivir un momento de encierro o incertidumbre desde una mente agitada o desde una mente en paz da lugar a dos realidades completamente distintas. La terapia antistress facilita esa transición hacia un estado de mayor calma y conciencia.
Aprender a cerrar la puerta al exceso de información y al ruido externo es esencial. Con esa puerta cerrada, se abre la posibilidad de profundizar en el silencio interior y conectar con el aquí y el ahora.
